martes, 8 de mayo de 2012


Ocho siglos de poesía gallega

La poesía o lírica es uno de los géneros literarios que cuenta con uno de los mayores protagonismos dentro de la literatura gallega. Para reafirmarme en lo dicho, traigo un libro que para mí fue como una especie de iniciación, pues las cincuenta pesetas invertidas en el pequeño volumen de bolsillo aún hoy -40 años después de su compra en la Casa del Libro de Madrid- generan ganancia para el espíritu. A menudo releo versos de las diferentes etapas de la lírica gallega, es decir desde la Edad Media, con sus cantigas de amigo, amor, escarnio y maldecir a los primeros poetas de la posguerra del siglo XX, pasando inevitablemente y con parada de larga duración en el Rexurdimento.


Es verdad que desde 1972 han pasado años y acontecimientos; han caído muros y sistemas, pero también afloraron generaciones que renovaron el espacio poético en Galicia, pero dejo para la historia, la economía, la sociología y otros ciencias análisis más sesudos sobre la evolución de este rincón de noroeste peninsular.
 También dejó para más adelante la poesía a partir de 1975, debido a que el libro Ocho siglos de poesía gallega (antología bilingüe), editado por Alianza con el número 385 en su colección de bolsillo, fue editado tres años antes del nuevo periodo histórico que protagonizó España.
 El libro constituye un acertada selección y prólogo realizados por Carmen Martín Gaite y Andrés Ruiz Tarazona, quienes comienzan su recorrido en el siglo XII y lo terminan en el siglo XX con la idea de que no son todos los que están, pero sí han sabido explotar las posibilidades que para la expresión poética encierra el idioma gallego.


Robert B. Parker y Spenser

La primera vez que leí el nombre de Robert B. Parker (Springfield, 1932) estaba escrito en la cubierta de La historia de Poddle Springs, novela inconclusa de Raymond Chandler, que el primero se encargó de completar con notable éxito. Los herederos y editores del autor del Sueño eterno no se equivocaron a la hora deelegir a Parker para recuperar las aventuras de un otoñal Philp Marlowe con Linda Loring como esposa, con quien coincidió en otras novelas como Playback y El largo adiós.



Cuando el autor de esas inolvidables novelas policíacas dejó mundo en 1959 seguro que, por su éxito editorial, sabía que tenía imitadores pero no de la talla de Parker, quien alguna vez dijo: “Crecí deseando ser Raymond Chandler y ahora, en cierto modo y con esta oportunidad que se me ha brindado, lo soy”.

 La historia de la recuperación total de Las historia de Poodle Springs sirve para que introduzca a Robert Parker como autor de algunas novelas policíacas, si bien en línea chandleriana, es decir con detective en entorno urbano y preocupado con el devenir de la sociedad que le ha tocado vivir. Como su querido Chandler, Parker se muestra admirador también de la literatura inglesa, de ahí su detective lleve el nombre de un poeta británico del siglo XVI: Spenser, el cual es protagonista de las tres novelas que recomiendo a continuación. Por cierto, la serie televisiva estadounidense obtuvo un seguimiento favorable en España durante la década de 1980.


 En primer lugar, las aventuras del tal Spencer las sitúo en Tierra prometida, donde una mujer sospechosa de asesinato lleva al detective a plantearse su propia muerte. Un águila en la montaña va de búsqueda de una desaparecida, y en La espiral aparece en toda su crudeza la corrupta política de Estados Unidos con motivo de las elecciones al Senado. Espero que Spencer resulte entretenido en su devenir por tierras de Boston con su romanticismo trasnochado de solitario pertinaz en lucha contra todo tipo de injusticia, aunque también amante de la buena mesa y propenso al humor.