jueves, 25 de enero de 2018


Las chicas

La escritora Emma Cline con su primera novela Las chicas (Anagrama. Panorama de narrativas, 2016) es sin duda una de las promesas de la literatura estadounidense actual si se tiene en cuenta la excelente acogida y traducción a diferentes idiomas -incluido el castellano- de la citada obra: The Girls, en el original.



La escritora de Sonoma, nacida 1989, ha sabido otear desde la distancia que impone el tiempo sobre un sangriento acontecimiento en el que vieron implicados los miembros de una secta de las que desarrollaron sus destructivas teorías en la década de 1960, como la del recientemente desaparecido Charles Manson. Sin duda, los personajes de tan execrables hechos, por suerte ya parte de la historia, sirvieron a la escritora californiana para adentrarse en el escenario sobre el que gira la vida de una adolescente perdida en un mundo que no entiende, y del que vendrán a librarla unas jóvenes desinhibidas y en la onda de las reglas de las comunas del amor libre, las drogas y el control del gurú de turno, cuyas absurdas normas son aceptadas sin rechistar por convencimiento y también por miedo en convertirse víctimas de la maquinaria a la que contribuyen con su entrega incondicional.

La protagonista, Evie, al igual que la autora observa los hechos con creciente asombro de joven carente, en formación, pero dentro de los cánones de una vida perturbadora que señala como principal problema a las jóvenes que obedecen fanáticamente a su jefe, incluso matan sin que el pulso les tiemble. Tal como hizo la cuadrilla del mediático Manson, frustrado cantante y ególatra líder que consiguió su tiempo de gloria hasta su muerte en prisión.

Emma Cline desarrolla con privilegiado acierto la historia de búsqueda equivocada sobre la que no opina, sencillamente observa para que sean sus protagonistas y sus hechos los que marquen el excelente ritmo de la su primera entrega larga. Y así al final queda la certeza de que la experiencia marca para siempre a la protagonista, quien en su deambular diario continúa con el miedo inicial de adolescente ante cualquier persona extraña. El sueño dorado de la juventud se convirtió en pesadilla a perpetuidad que persigue a Evie ya alejada en el tiempo y en el espacio del lugar donde quedó prendida de tres inquietantes chicas de aspecto desastrado.