martes, 29 de enero de 2019


El Pombo y De la Serna

Ramón Gómez de la Serna (1888-1963), ilustre escritor, asiduo a vanguardias literarias y bohemias varias que pasaron como él entre las dos grandes guerras mundiales; pero, si algo permanece, es para deleite de bastante gente su extensa obra literaria, diversa, que conoció el éxito en otros tiempos, aunque insisto en que mantiene una fiel clientela asidua a sus páginas más exquisitas, como aquella que acudía a la calle Carretas de Madrid para adentrarse en el territorio del Antiguo Café y botellería Pombo, un enclave y un ambiente inmortalizados en uno de los cuadros más representativos de José Gutiérrez Solana. 
El desaparecido establecimiento, donde los sábados por la noche desde 1912, Ramón lideraba las tertulias que tanto lustre dieron al café, lugar que vino a mi mente cuando buscando por las casetas de la madrileña Cuesta Moyano encontré una vieja edición de Pombo, ilustrada en algunos casos con dibujos del propio Gómez de la Serna. 

El libro es una biografía del célebre café y de otros famosos que tanto juego han dado y dan a la literatura española. Gómez de la Serna se adentra en los secretos, personajes raros y extravagantes, que eran más que un decorado del Pombo. Por allí pasaron, literatos, bohemios y curiosos parlantes con suficiente tiempo para divagar y estar bien con la realidad.


Así como se decía en la edición de 1960, la obra sirve para amenizar las desesperadas vigilias de nuestros días -por lo que se ve el fenómeno del insomnio viene de atrás- , pues en ella se asiste al vivir del escritor que siempre hizo pura vida de escritor y su presencia el digno sacrificio de la bohemia que tiene alegría y locura como para curar al más triste.

Propiedades curativas no tiene Pombo, pero la lectura del libro homónimo resulta divertida, como otras obras de Ramón Gómez de la Serna, un escritor a reivindicar.