viernes, 28 de julio de 2023

 



El hombre de la guerra
Ramiro Pinilla
Tusquest Editores -Andanzas-
ISBN 978-84-1107-345-5
296 páginas
Publicación: 6 de septiembre de 2023


Ramiro Pinilla García (Bilbao, Vizcaya, 13 de septiembre de 1923 - Baracaldo, Vizcaya, 23 de octubre de 2014) 

Con motivo del centenario de nacimiento de Ramón Pinilla, Tusquets prepara el lanzamiento de una novela hasta ahora inédita del escritor vasco.

Argumento

Urko Pínaga regresa del exilio para asistir al entierro de su tía Flora, con la que vivió antes de marcharse a Inglaterra, como tantos niños vascos. Urko se encuentra con un Getxo diferente al que conoció, pero sobre todo con una casa, la de la tía, que ahora se le presenta como un lugar misterioso cargado de repente de secretos. ¿Por qué tiene un aviso de derribo por parte de las autoridades? ¿Por qué su prima Regina se comporta de un modo tan extraño? ¿Mantuvo Flora a escondidas alguna relación que no le confesó a su sobrino? ¿Ha fallecido de muerte natural? El contraste entre lo que Flora le contaba por carta y lo que Urko se encuentra alimenta las sospechas en torno a una mujer a la que en realidad el protagonista quizá desconocía por completo.


Declaraciones

"La posguerra era cruda, y yo leía para evadirme: Twain, Dickens, Melville... Tenía 15 años y con los libros huía de mí mismo y de mi entorno. Escribir fue el paso inmediato".

"Mi hermano les dijo a mis amigos que yo escribía... y empezaron a cachondearse de mí, claro. Me veían como a un marciano".

"Ocultar lo que escribía. Me sentía avergonzado por escribir. Me costó mucho coraje mostrarme como escritor, mucho...".  De la entrevita realizada por Víctor M. Amela. La Vanguardia, 08/11/2012.



 


































Solo humo
Juan José Millás
Alfaguara -Hispánica-
ISBN 9788420473116
192 páginas
2023

Fotografía: © Antonio Heredia

Argumento

El día en que cumple dieciocho años, Carlos recibe un extraño regalo: la noticia de que su padre, al que nunca trató, ha muerto y le ha dejado en herencia una casa con todo lo que contiene y una vida desconocida a la que asomarse. Examinando los vestigios de esa existencia abruptamente interrumpida, encuentra un manuscrito que narra una historia de amores secretos, de una niña y una mariposa, de amistad y de muerte. ¿Es una confesión real o una ficción?


Declaraciones

"Es que cuando leo un libro que me gusta vivo literalmente dentro de él al modo de una prensencia invisible. Estoy junto a los personajes, ellos no me ven ni me oyen, pero yo los veo andar, cocinar, pensar desnudarse, meterse en la cama... El lector, al leer, cumple ese sueño infantil de ser invisible.

No pretendía hacer un homenaje a nada. Lo es como efecto colateral o secundario. Lo que yo trataba de averiguar al escribir este libro es si la vida se parece a los cuentos, si la vida es un cuento. Y creo que sí, que lo es", Juan José Millás (S.M. Revista L Y MÁS. Nº 68)


Pequeño fragmento

Uno

La madre abrió, sin llamar, la puerta de la habitación del hijo y permaneció observándolo unos instantes con expresión de duda.

—¿Qué pasa? —preguntó el joven apartando la vista del ordenador.

—Carlos…

—¿Qué? —insistió él.

—Tu padre ha muerto —dijo ella.

—…

—Se mató con la moto —añadió tras morderse el labio inferior.

Ese hombre turbio, pensó el joven.

Era cuanto sabía de él, pues se lo había oído mil veces a su madre: «Es un hombre turbio». A lo que solía añadir: «Se desentendió de ti a los cuatro días de que nos separáramos».

Debió de ser muy pronto, pues Carlos no guardaba memoria de su físico. No recordaba haber estado en sus brazos, tampoco que le hubiera cogido de la mano, como los padres de las películas, o también como los padres de la vida real. Había visto a los padres de la vida real de niño, cuando iban a recoger a sus hijos al colegio y cruzaban con ellos la calle, los dos cuerpos, el cuerpo grande y el pequeño, unidos por las manos. Se recordó, de súbito, frente a un urinario de aquel mismo colegio, con la mirada puesta en la pared. Mientras se desabrochaba los pantalones, alguien dijo a sus espaldas: «No tiene padre».

Desde entonces, cada vez que utilizaba un urinario público, volvía a escuchar dentro de su cabeza aquella frase.

jueves, 27 de julio de 2023
























Con una mariposa en los labios
Varios autores
Báltica editorial
ISBN: 978-84-125465-7-6 
288 páginas
2023

La profesora de Lingüística Románica en la Universidad de Vilna, Carmen Caro Dugo, se encargó de seleccionar y traducir 28 relatos de seis conocidos autores de Lituania.  






Pequeño fragmento de un relato de Bronius Radzevičius (1940-1980)




 




















Lecciones de química
Bonnie Garmus
Editorial: ‎ Salmandra -narrativa-
ISBN 9788418363436
Tapa blanda
464 páginas
2023

                                             Fotografía: © Jumper, Pure Collection

Bonnie Jean Garmus (1957, Riverside, California, Estados Unidos)

Argumento

Elizabeth Zott aspira a convertirse en científica en el entorno de la decada de 1950 dominado por los hombres, quienes consideran intrusismo la entrada de la mujer en cualquier ámbito que los primeros consideran su popiedad exclusiva. Después de su despido de un laboratorio, Elizabeth se encarga de un programa televisivo relacionado con la cocina. Una vez metida en harina, la protagonista de la novela se empeña en formar de forma didáctica a las amas de casa también a los hombres mucho más que las recetas típicas de las comidas habituales.

Declaraciones

Bonnie Garmus reconoce: “Elizabeth es la persona que a mí me encantaría ser. Mi modelo. Una mujer racional, con ideas claras y con mucho coraje. Decidió estudiar en unos tiempos en los que no era tan común que una mujer asistiera a la universidad. Y mucho menos que luego desarrollara su carrera como química. Además, pese a las trabas que se encuentra en el camino, siempre se levanta. Un ejemplo claro de resiliencia”, 

Pequeño fragmento

1 Noviembre de 1961

Allá por 1961, cuando las mujeres lucían vestidos camiseros, asistían a clubs de jardinería y transportaban a legiones de niños en automóviles desprovistos de cinturón de seguridad sin pensárselo dos veces, cuando nadie sabía siquiera los movimientos sociales que traería consigo la década de los sesenta, y menos aún que sus integrantes dedicarían los sesenta años siguientes a relatarlos, cuando las grandes guerras ya quedaban atrás y las clandestinas acababan de iniciarse y el mundo empezaba a pensar de otra manera y a creer que todo era posible, la treintañera madre de Madeline Zott se levantaba cada día al rayar el alba con una sola certeza: su vida había terminado.

Pese a todo, cada mañana se abría paso hasta el laboratorio para prepararle la fiambrera a su hija.

«Carburante para el cerebro», escribió en un papelito antes de encajarlo dentro de la fiambrera de la niña. Luego se detuvo un instante, con el lápiz suspendido en el aire, como reflexionando. «Participa en los deportes durante el recreo, pero no dejes que los niños ganen porque sí», anotó en otro papel. «No son imaginaciones tuyas: la mayoría de la gente es horrible». Colocó las dos últimas notas en lo alto.

En la primera infancia la mayoría de los niños aún no han aprendido a leer, si acaso alguna palabra aislada como «mamá» o «casa». Madeline, sin embargo, leía desde los tres años, y ahora, cumplidos los cinco, ya había despachado casi toda la obra de Dickens.


Apunte

Por su parte, Apple TV+ anuncia para el 13 de octubre el estreno mundial de la serie televisiva Lecciones de química, protagonizada por la actriz Brie Larson en el papel de Elizabeth Zott y producida por Aggregate Films. La dirección corre a cargo de Lee Eisenberg.

la producción ejecutiva corresponde a Oscar Susannah Grant, junto con Larson. Los productores ejecutivos de Aggregate Films son Jason Bateman y Michael Costigan. Natalie Sandy es la productora ejecutiva de Piece of Work Entertainment junto a Eisenberg. Louise Shore también es productora ejecutiva.

lunes, 3 de julio de 2023

























Encuadernación
Rústica con sobrecubierta
Formato
13 x 20
ISBN
978-84-17553-03-6
Páginas
256
Precio
20,50 €
Edición
14ª
Colección
Impedimenta


Tatiana Țîbuleac

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes

Traducción de Marian Ochoa de Eribe

Plena de emoción y crudeza, Tatiana Ţîbuleac muestra una intensísima fuerza narrativa en este brutal testimonio que conjuga el resentimiento, la impotencia y la fragilidad de las relaciones maternofiliales. Una poderosa novela que entrelaza la vida y la muerte en una apelación al amor y al perdón. Uno de los grandes descubrimientos de la literatura europea actual.

Aleksy aún recuerda el último verano que pasó con su madre. Han transcurrido muchos años desde entonces, pero, cuando su psiquiatra le recomienda revivir esa época como posible remedio al bloqueo artístico que está sufriendo como pintor, Aleksy no tarda en sumergirse en su memoria y vuelve a verse sacudido por las emociones que lo asediaron cuando llegaron a aquel pueblecito vacacional francés: el rencor, la tristeza, la rabia. ¿Cómo superar la desaparición de su hermana? ¿Cómo perdonar a la madre que lo rechazó? ¿Cómo enfrentarse a la enfermedad que la está consumiendo? Este es el relato de un verano de reconciliación, de tres meses en los que madre e hijo por fin bajan las armas, espoleados por la llegada de lo inevitable y por la necesidad de hacer las paces entre sí y consigo mismos.

Tatiana Țîbuleac (Chisináu, Moldavia, 1978)


martes, 15 de marzo de 2022

 



Editorial: Anagrama
Colección: Contraseñas
Autor: Jack Kerouac
Páginas: 158
Formato: 13x20 centímetros
ISBN13 84-339-1288-7
Título Original: The Subterraneans
Traductor: J. Rodolfo Wilcok
Barcelona
1986

En otros tiempos yo era joven y me orientaba tanto más fácilmente y podía hablar con nerviosa inteligencia sobre cualquier cosa, con claridad y sin preámbulos tan literarios como éste; en otras palabras, ésta es la historia de un hombre que no se tiene mucha fe, y al mismo tiempo la historia de un inútil egomaníaco y bufón de nacimiento... Empezar por el principio y dejar que la verdad vaya surgiendo, eso es lo que voy a hacer. Todo empezó una cálida noche de verano, ¡ay!, ella estaba sentada sobre un guardabarros con Julien Alexander que es... Será mejor que empiece con la historia de los jóvenes subterráneos de San Francisco.

 Julien Alexander es el ángel de los subterráneos; «subterráneo» es un nombre inventado por Adam Moorad, poeta y amigo mío, que dijo: «Son hipsters sin ser insoportables, son inteligentes sin ser convencionales, son intelectuales como el demonio y saben lo que se puede saber sobre Pound sin ser pretenciosos ni hablar demasiado de lo que saben, son muy tranquilos, son unos Cristos.» Julien sí que es un Cristo. Aquel día pasaba yo por la calle con Larry O'Hara, viejo amigo mío de parrandas en San Francisco, ya que en otros tiempos, en mis largas, mis nerviosas y locas correrías, yo solía emborracharme todas las noches, y es más, me hacía pagar las copas por los amigos con una regularidad tan «genial» que ya nadie me hacía realmente caso ni se preocupaba por declarar que estoy progresando o que estaba progresando como escritor, cuando yo era joven; una costumbre muy fea beber gratis aunque por supuesto nadie se fijaba y me encontraban simpático y como dijo Sam: «Todos recurren a ti para cargar el tanque, muchacho, qué buena estación de servicio tienes» o algo por el estilo; el viejo Larry O'Hara, siempre tan bueno conmigo, un joven comerciante de San Francisco, irlandés y loco, con una trastienda balzaciana en la librería donde se fumaba marihuana y se charlaba de los buenos tiempos, de la banda del gran Basie, o de los días del gran Chu Berry; del cual hablaremos más adelante ya que ella tuvo algo también con él, porque con todos tenía que acostarse, por el hecho de conocerme a mí que soy nervioso y multiforme y de ningún modo tengo una sola alma —y ni un poco de mi dolor ha asomado todavía— ni de mi sufrimiento —¡ángeles, sostenedme!, ni siquiera estoy mirando el papel sino fijamente la penumbra vacía de la pared de mi cuarto y el programa de radio de Sarah Vaughan y Gerry Mulligan sobre el escritorio en forma de radio; en otras palabras, estaban sentados sobre el guardabarros de un coche delante del bar Black Mask de la calle Montgomery, Julien Alexander, el Cristo sin afeitar, flaco, juvenil, tranquilo, casi extraño, algo así habría dicho Adam, como un ángel apocalíptico o un santo de los subterráneos, por cierto estrella (ahora)—, y ella, Mardou Fox, cuya cara, cuando la había visto por primera vez en el bar de Dante a la vuelta de la esquina me había hecho pensar: «Demonios, tengo que hacer algo con esta mujerci-ta», y tal vez también porque era negra.