Una historieta adulta, madura y crítica
Los
cambios políticos en España durante la segunda mitad de la década de 1970,
sobre todo a partir de la muerte de Franco, posibilitaron la salida de nuevas
publicaciones relacionadas con el mundo de las viñetas como Trocha, los cuadernos mensuales del Colectivo de la
Historieta, un grupo de dibujantes, guionistas, grafistas, escritores,
críticos, estudiosos, ilustradores y otros profesionales del ámbito del cómic
que consideraron oportuna la promoción de un arte hasta entonces coartado por
la consideración general de subgénero destinado más bien a un público juvenil.
El objetivo era una historieta adulta, madura y crítica, también popular y
comercial, que trataba de romper con la imagen del cómic español seguidor de una línea uniforme y bajo el férreo control de la censura.
Troya sale en mayo de 1977 como extra de Bang! El animoso grupo, por lo menos, obtuvo una excelente respuesta
porque consiguió que muchos lectores admiraran otro tipo de historieta que
existía y merecía la pena seguir. Con los aciertos y errores de un producto novedoso, en unos tiempos cambiantes y de importante expectación sobre el futuro, la revista contó con la presencia de destacados artistas que dejaron su impronta en obras frescas y de su tiempo.
En
el extra, números 3 y 4, la publicación cambia el nombre por el de Troya, que
como explican sus promotores se debe a que estaban dispuestos a sorprender y
luchar desde el mundo de la historieta ante las dificultades que se iban
encontrando.
El
Colectivo de la Historieta estaba formado por personas conocidas de dicho
ámbito que en la actualidad continúan desempeñando su labor artística e
intelectual en diferentes terrenos de la cultura.
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