Un Modiano de Goncourt
Patrick Modiano (Boulogne-Billancourt, 1945) obtuvo el Premio Goncourt 1978 por la novela Rue de boutiques obscures, que ahora sale por primera vez en España como Calle de las tiendas oscuras, pero que tuvo un precedente en castellano en la edición venezolana titulada La calle de las bodegas oscuras, editada en 1980. Esta última es a la que tuve acceso hace 25 años después de encontrar el libro en una de esas ferias de ocasión que suelen recorrer diferentes ciudades españolas.
El encuentro mereció la pena, sobre todo para un modianano hasta la médula, que está de acuerdo con la definición de arqueólogo de la memoria que cierta crítica a destinado al literato francés. Como es habitual, Modiano insiste en la búsqueda de alguien para esquivar esa máxima aplastante e inquietante de que no somos nada. "No soy nada. Esta tarde, en la terraza de un café, apenas una silueta transparente. Esperaba que cesara la lluvia, un chaparrón que había comenzado en el momento en que Hutte se había despedido de mí".
A partir de ese arranque, La calle de las bodegas oscuras nos lleva de la mano de Guy Roland a la búsqueda de su personalidad durante el ahora lejano 1965. Las pesquisas del protagonista le llevan a diferentes escenarios como París, Vichy, Nueva York o Bora Bora donde recoge trozos de una vida que puede ser la suya, pero que no son más que recuerdos cada vez menos intensos y condenados a perderse para siempre. Modiano le da a esta obra un aire de novela policíaca que tiene como punto argumental el París ocupado por los nazis, como pasa en buena parte de la obra del escritor francés, quien se pregunta al fina y por boca de uno de sus personajes: ¿Y acaso nuestras vidas no se disipan en la noche tan rápidamente como ese llanto infantil?
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