La otra historia
Hubo un tiempo donde la historia se escribía desde una sola dirección. Los libros de texto semejaban historietas anacrónicas en las que los protagonistas tenían más de mito que de personas. Celtas, iberos, celtíberos, griegos, fenicios, cartagineses, romanos, visigodos, musulmanes y franceses pasaron y dejaron sus huellas en la península Ibérica.
También desde la España con mayúscula salieron conquistadores con espada y cruz. Otros fueron derrotados en guerras coloniales, de las que sólo se explicaba el valor y los sucesos heroicos, nunca las causas del porqué de los miles de jóvenes que iban morir a lugares lejanos.
Leí listas interminables de reyes, recorrí mapas de un imperio donde no se ponía el sol, viaje a las sierras como guerrillero y al final aparecía un caudillo, éste invicto, que había traído la paz sobre miles de muertos, destrucción y miedo.
El tiempo transcurrió inexorablemente y descubrí otras historias, desde diferentes perspectivas, puntos de vistas y escritas también por personas ajenas a nuestra tierra. Vinieron tiempos de libertad, pero eso no ha impedido que vuelvan a salir con altavoz mediático personajes que siguen vendiendo aquella historia desde una sola dirección. Como la de ese Cid a caballo del que hoy sabemos que no dudaba combatir al lado del mejor postor, fuese cristiano o moro, él estaba en la guerra por la moneda, el botín y las tierras.
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